Lectura del profeta Isaías. 50,5-10.
En aquellos días dijo Isaías: –El Señor Dios me ha abierto el oído; y yo no me he rebelado, ni me he echado atrás. Ofrecí la espalda a los que golpeaban, la mejilla a los que mesaban mi barba. No oculté el rostro a insultos y salivazos. Mi Señor me ayudaba; por eso no que daba confundido, por eso ofrecí el rostro como pedernal, y sé que no quedaré avergonzado. Tengo cerca a mi abogado: ¿quién pleiteará contra mí? Vamos a enfrentarnos: ¿quién es mi rival? Que se acerque. Mirad, mi Señor me ayuda: ¿quién probará que soy culpable?
Salmo 114,1-2.3-4.5-6.8-9.
R./ Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida
Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante;
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco. R./
Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida». R./
El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas, me salvó. R./
Arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida. R./
Lectura de la carta del apóstol Santiago. 2,14-18.
Hermanos míos: ¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe, si no tiene obras ? ¿Es que esa fe lo podrá salvar? Supongamos que un hermano o una hermana andan sin ropa y faltos del alimento diario, y que uno de vosotros les dice: «Dios os ampare; abrigaos y llenaos el estómago», y no les dais lo necesario para el cuerpo; ¿de qué sirve?
Esto pasa con la fe. si no tiene obras, está muerta por dentro. Alguno dirá: –Tú tienes fe y yo tengo obras. Enséñame tu fe sin obras, y yo, por las obras, te probaré mi fe.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos. 8,27-35
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino preguntó a sus discípulos: –¿Quién dice la gente que soy yo?
Ellos le contestaron: –Unos, Juan Bautista; otros, Elías, y otros, alguno de los profetas.
El les preguntó: –Y vosotros, ¿quién decís que soy?
Pedro le contestó: –Tú eres el Mesías.
El les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y empezó a instruirlos: –El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar a los tres días.
Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Jesús se volvió, y de cara a los discípulos increpó a Pedro: –¡Quítate de mi vista, Satanás! Tú piensas como los hombres, no como Dios.
Después llamó a la gente y a sus discípulos y les dijo: –El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por el Evangelio, la salvará.
El evangelio de hoy inicia una intensa instrucción a los discípulos. Jesús ha desvelado poco a poco su verdadero rostro. Es el Mesías, pero su mesianismo pasa por el sufrimiento, la condena y la muerte. Y este camino de cruz hay que recorrerlo. El profeta Isaías así lo canta, hablando del siervo de Yahvé, que personifica el aparente fracaso que ahora anuncia Jesús a sus discípulos.
Al mismo tiempo que Jesús muestra su verdadero rostro, los discípulos descubren las exigencias de su seguimiento: creer, como también apunta Santiago, es aceptar un compromiso vital que lleva a dar incluso la vida por seguir al Señor.
- COMPRENDER EL TEXTO:
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Este texto se sitúa en el centro del evangelio de Marcos, colocado entre las dos grandes etapas de la actividad de Jesús y en él aparece la pregunta que el evangelista quiere hacer a sus lectores, la misma que él intenta responder relatando lo que Jesús hizo y dijo.
- Marcos nos plantea las dos cuestiones que subyacen en su evangelio: Quién es Jesús y en qué consiste ser su discípulo. Las preguntas se plantean abiertamente y es Pedro quien responde como portavoz del grupo.
- La respuesta de Pedro parece irreprochable porque confiesa a Jesús como Mesías, como aquél que lleva a su cumplimiento todas las esperanzas de Israel. Por eso sorprende la respuesta de Jesús que prohíbe que hablen acerca de él. Esta reacción de Jesús indica que sus discípulos aún no pueden responder a la pregunta planteada. Por eso es necesaria una nueva instrucción, una nueva enseñanza.
- Jesús no habla de un reino que irrumpe con poder en el mundo, sino de su muerte en la cruz; tampoco les habla en parábolas, sino que les habla abiertamente. Por eso podríamos hablar de novedad, tanto en el tono, como en el contenido de sus palabras.
- En esta instrucción, la primera de las 3 que tendrá lugar camino de Jerusalén, presenta su muerte como algo que responde al designio de Dios y que se opone a las expectativas triunfalistas de Pedro.
- Pedro, no puede aceptar un Mesías que tenga que padecer en la cruz, por eso increpa a Jesús, por eso Jesús, usando el mismo tono, le dice: “Ponte detrás de mí, Satanás”. Al increpar a Jesús para que abandone el camino de la cruz, Pedro ha olvidado el puesto de discípulo (detrás de Jesús) y se ha convertido en tentador (Satanás).
- Pero las palabras de Jesús a Pedro, no se quedan en el reproche. El maestro reúne a la gente y a sus discípulos haciendo una nueva llamada al seguimiento. Hasta ahora les había pedido que lo acompañaran compartiendo su estilo de vida y su misión; ahora les pide dar un paso más, identificarse con él hasta compartir su destino. El objetivo ya no es un proyecto, sino el mismo Jesús, hacerse esclavos de los demás, “perder la vida”, cargar con la cruz, quedarse sólo con Jesús, abandonados como él a la voluntad del Padre.
- ACTUALIZAMOS:
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Este relato de Marcos ilumina a un tiempo el rostro de Jesús y el camino del discipulado. Todos podemos analizar por donde van nuestros pasos a la luz del evangelio que hemos proclamado.
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Fe:A pesar de la crisis vocacional que están atravesando Pedro y sus discípulos, Jesús les vuelve a llamar y les pide que se identifiquen con él. ¿Cómo nos ayuda este pasaje a profundizar en el conocimiento de Jesús y a impulsar nuestra relación con él?Pedro quiere afrontar su seguimiento desde criterios humanos (Mesías vencedor) y no desde las categorías de Dios (muerte en la cruz). ¿esto es algo que sólo pasa a Pedro?
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Caridad:Pedro superó su crisis de fe y esto le llevó a un compromiso purificado, dio su vida y murió crucificado. ¿Qué aspectos de mi compromiso cristiano purifica este pasaje?“El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga”. Palabras muy duras a los oídos de nuestro tiempo. ¿Cómo vivo en esta dinámica tan provocativa y exigente hoy?
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Esperanza:“El que pierda su vida por mi y por el evangelio la salvará” ¿estas palabras son para mí motivo de esperanza e impulso en mi compromiso?
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- ORAR CON ELTEXTO
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Jesús ha dado un sentido nuevo al camino del seguimiento. A partir de ahora, sabemos que seguirle no es sólo un proyecto, sino sobre todo identificarse con él, llegando, si es preciso, hasta la cruz. Como los primeros discípulos tenemos dificultades para entenderlo y necesitamos que Dios abra nuestros ojos. Suplicarle como Bartimeo: “¡Señor, que vea!”