AQUÍ ESTOY, ENVÍAME

En medio del clima de incertidumbre y distancias que nos impone la situación actual, nos hemos reunido hoy para celebrar la Eucaristía en el día del Domund. La liturgia de este fin de semana nos lleva a preguntarnos quién es el Señor de nuestra vida.

Quién es el Señor de nuestra vida cuando podemos vivir, como el Pueblo de Israel al ser deportado a Babilonia, tiempos de desesperanza, desconfianza y miedo; tal como escuchamos en la lectura del profeta Isaías. 

Quién es el Señor de nuestra vida, ante el dilema de vivir desde la esperanza y el amor de Dios que habita en nuestro corazón o desde unas normas que no comprometen ni transforman nuestra vida. 

Un domingo más, vemos cómo Jesús se enfrenta con las autoridades judías. Como los fariseos de aquella época, podemos estar colocados en una zona de confort con una religión a nuestra medida y que simplemente sea “una cosa más en nuestra vida”, que no transforme ni nos haga movernos.  Sin embargo, hoy también escuchamos que somos de Dios, que nos llamó de la nada a la vida y que no hay más Dios que él. Jesús así nos lo revela cada día.

Queremos responder a esa llamada de SER DE DIOS que Pablo nos recuerda en la 2ª lectura. En esta jornada del Domund 2020, queremos hacer nuestro el lema de este año: AQUÍ ESTOY SEÑOR, ENVÍAME. 

Todos estamos llamados a ser misioneros y hoy hacemos presentes a los misioneros ad gentes, los que traducen esa llamada en salir y dejan su tierra y sus familias para anunciar el amor de Dios en países lejanos. En nuestro mundo occidental, tenemos la misión de estar entre la gente que muestra resistencia a la fe. Estamos también en tierra de misión. ¿Cómo ser misioneros aquí, en esta situación histórica? Muchas veces no hará falta hablar. Que nuestro rostro y nuestra vida sea esa palabra. Nuestra capacidad de acoger, de amar y perdonar, nuestra sonrisa, cercanía y gestos, pueden traducirse en quién creo. Sólo el Espíritu de Jesús nos capacitará para ser testigos del Evangelio aquí y ahora.

Tenemos presente a la gente de Bolivia y al padre Pepe, y de Burundi y Malí con el padre Pepe y el padre Germán. Ellos son testimonios de vidas entregadas e impulso para la entrega de cada uno de nosotros.

Le pedimos al Señor que nos capacite para decir “Aquí estoy Señor, envíame”, que nuestra vida sea una vida de entrega y no nos parezcamos a aquellos a los que criticaba Jesús. Hoy Jesús nos hace estas preguntas también a nosotros: ¿es nuestra vida una vida de misión?, ¿evangelizamos y llevamos la Palabra a nuestro mundo con nuestra vida? Le pedimos al Espíritu que nos de la fuerza para ir respondiendo con nuestra vida a la llamada que Dios nos hace allá donde estemos y con lo que cada uno esté viviendo en este momento.

Para acompañarnos en la Jornada del Domund, os dejamos la canción que refleja el lema de este año: «Envíame», de Ixcis

Envíame

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