Querida comunidad:
Qué rápido se ha pasado el curso, y aquí estamos, otra vez.
Ya estamos de campamento, con 9 días por delante para vivir la experiencia de los Hechos de los apóstoles.
Sí, sí, ese libro donde los discípulos, ya sin su amigo Jesús, comienzan a querer contar lo que han vivido, pero al principio, las preocupaciones y el miedo, sobre todo a los judíos, les hace quedarse encerrados.
Cuando nos hemos encontrado esta mañana en la parroquia, teníamos muchas ganas de que empezará otro campamento más, nuevo y diferente …
Y hemos sido enviados…
También traíamos miedos a no encajar, a no saber con quién hablar, de quién ser amigo, pero al subir al autocar se han ido pasando porque muchos hablaban sin parar, otros escuchaban, otros se reían de los chistes, otros nos contaban que era su primer campamento, algunos miraban el paisaje y otros se han echado una siesta porque el camino era un poco largo.
Hemos llegado justo para comer, traíamos mucha hambre y la comida que nos habéis preparado estaba riquísima, gracias por cuidarnos tanto.
El campamento es precioso, la temperatura perfecta, el día ideal para comenzar esta aventura y estamos JUNTOS.
JUNTOS MUY JUNTOS como los discípulos; tan unidos que el espíritu sopló fuertemente sobre ellos y empezaron a hablar en otras lenguas, hablando a otros con los que nunca creían que podrían entenderse.
Y eso nos ha ocurrido a nosotros. Nos hemos dado cuenta de que somos muy diferentes en edades, experiencia, formas, tamaños, gustos, en dones y servicios pero todos queremos construir campamento, compartir nuestros miedos, poner nuestros dones y construir el LIBRO DE NUESTROS HECHOS EN COMUNIDAD.
¿Os venís con nosotros?
Vamos JUNTOS, no tengáis miedo.
Os dejamos unas fotos del día:
Esa foto de Irene y Eva me encanta. Espero que no os comierais todo vosotras porque sino vais a coger unos kilos. Gracias a todos los que organizáis este campamento; es el primer campamento de Eva y la verdad es que me inspirais total confianza porque ya he visto que los tratáis con total amor. Seguir pasándolo bien y enseñándoles de esa forma tan amena la palabra de Jesucristo.