Nos amó y por amor se hizo débil, y con su debilidad cura mi debilidad, tu debilidad.
Déjate querer por él, muéstrale tu debilidad para que te haga fuerte, y no ignores cuando vas por la ciudad, tantos rostros de hombres y mujeres débiles que también necesitan de tu mirada.
Papa Francisco.
Que la fortaleza de un Dios pequeño y débil, sea nuestra garantía, nos llene de ilusión y de esperanza para creer y saber transformar este mundo y esta sociedad en el Reino que él nos mostró con su amor.
Felipe.