¡Qué alegría poder volver a San Pedro de Cardeña!. Esta vez no ha sido un año más porque hemos ido con fuerzas, ilusión y alegría renovadas para vivir en el ambiente del monasterio y con los monjes que allí nos acogen, la historia de las Mujeres de la Biblia.
Hemos ido un grupo de 12 mujeres junto con nuestro párroco, Felipe, para orar durante cinco días y aprender de las mujeres que nos han dado ejemplo en el antiguo y el nuevo testamento.
Y ¿ cómo podemos hacer eso en un monasterio benedictino?. Pues sintiendo la presencia de Dios muy cerca de nosotros. Hemos tenido la suerte de vivir estos días….
Como Eva, intentado dar vida con el plan de Dios para cada uno de nosotros.
Como Ana y Miriam, reconociendo lo que Dios hace en distintos momentos de la vida.
Como Sara, riendo, disfrutando y agradeciendo la naturaleza que rodea el monasterio.
Como Rut, cuidando, acompañando y fortaleciendo amistades.
Como María Magdalena, disfrutando de la compañía de Jesús en las celebraciones y junto con los monjes.
Como Marta y María, sirviendo en las comidas y…
orando en el oratorio y en la iglesia.
Y como Lidia, sintiéndonos Comunidad.
En definitiva, hemos compartido nuestras ilusiones, esperanzas, miedos y sobre todo, nuestra fe.
Además, hemos tenido la suerte de coincidir con un grupo de personas que han hecho un pequeño recital y mercadillo para recoger fondos para Madagascar, donde trabajan las Hermanas de la Caridad y los Hermanos Paúles junto a muchos voluntarios y en el que también cantaron los monjes y un grupo de chicos de Illescas.
Todo lo hemos vivido como un regalo que Dios nos ha hecho a cada uno de nosotros.
Queremos agradecer a los monjes que nos acogen con tanto cariño y a nuestro “pastor” Felipe, que nos cuida y guía con paciencia, entrega e ilusión.
No nos hemos olvidado de rezar por todos y cada uno de los que componen nuestra Comunidad, ¡allí estabais con nosotros!
Esperamos que, con ayuda de María, madre nuestra, el próximo año podamos volver a disfrutar de un tiempo en este monasterio.
