¡SOIS MIS TESTIGOS!

¡Qué alegría poder seguir en Pascua!. La Iglesia nos regala este tiempo pascual para que saboreemos con calma el gran triunfo de la Resurrección, pero sobre todo para que sintamos que Jesús es nuestro compañero de camino, como lo fué con los discípulos. Con sus apariciones nos fue diciendo que él siempre estaría aquí, a nuestro lado. 

Hoy hemos aprendido qué era el kerigma. Se trata de la catequesis que anunciaba la palabra de Dios después de la resurrección de Cristo en los primeros grupos de cristianos. El kerigma siempre tenía la misma forma que hablaba de la vida terrena de Jesús, luego recordaba su pasión y la resurrección y por último, afirmaba que los apóstoles eran testigos de todo ello. Se terminaba con la expresión “convertíos y creer en el Evangelio”. 

Los apóstoles se sabían testigos de toda la vida, pasión y resurrección de Jesús porque lo habían visto con sus ojos y no podían callar lo que habían vivido, para llegar a todos mediante su testimonio.

Y nosotros ¿podemos seguir dando también este testimonio?. ¡Sí, porque también somos testigos!. Un testigo es aquel que declara haber visto y vivido los hechos, que puede recordarlos y que sabe expresarlos. El que ha visto y se ha dejado involucrar, es aquel que vive por experiencias propias cómo es Jesús, cómo ama y lo que hizo por cada uno de nosotros. No es una teoría, lo podemos vivir gracias a un encuentro personal con él en la oración, la Eucaristía, la Reconciliación, en su palabra, en los sacramentos y tantos momentos que nos regala para encontrarnos con él. Gracias a nuestras propias vivencias de encuentro personal con Cristo, hoy podemos decir que caminamos acompañados de Jesús y que somos sus testigos

Cuando tenemos estas vivencias, no podemos dejar de contarlo: ¡Jesús está vivo y podemos tener su gozo y alegría!

Hoy han preparado la celebración los chicos y chicas de adolescencia 4 y han dado gracias por todas aquellas personas que viven de acuerdo al mensaje de Jesús, cumpliendo los mandamientos que él nos enseñó y amando así a los demás. También por las personas que trabajan día a día con sus palabras y sus obras por los derechos de todos y contra las injusticias y así, construir un mundo mejor.

Han ofrecido una nueva flor que va renovando la vida del jarrón frente al altar y un pan como señal de la presencia de Dios, para que siempre lo reconozcamos al partirlo. 

Queremos pedirle a Dios que nos ayude a convertirnos para creer en su palabra. Esa conversión sólo podemos hacerla con su ayuda y la de nuestra madre María.  
Os dejamos escuchar la canción Esto que te doy que hemos cantado en la celebración.

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