TE QUIERO, QUEDAS LIMPIO

La liturgia de ese fin de semana nos acerca a la vida de una persona con lepra y a la mirada de Jesús a la persona que sufre.

La lepra era una enfermedad que destruía el cuerpo y le obligaba a vivir excluido de los demás. La persona enferma de este evangelio también nos muestra a alguien que se atreve a acercarse a Jesús, sabiendo que estaba prohibido; con ese atrevimiento hace realidad las palabras del Salmo “Señor, tú eres mi refugio”. Cuando nada ni nadie más podía ser su refugio, él se acerca a Jesús con ese convencimiento profundo de que puede salvarlo. Él ha experimentado la limitación de las fuerzas humanas. La comunidad lo ha apartado y Jesús le devuelve la dignidad y lo incorpora de nuevo a la comunidad. Jesús, saltándose la prohibición, lo mira, se acerca, le toca y le dice: lo quiero, te toco y quedas limpio. En el mismo pasaje, la salvación ocurre porque el leproso y Jesús se saltan las normas que prohíben. La necesidad de curación y la compasión hacen posible la salvación.

Cada uno tenemos nuestras propias lepras, nuestros sufrimientos que nos pueden destruir y nos puede alejar de los hermanos. Hoy, en medio de esta pandemia y del resto de lepras que tenemos cada uno y como sociedad, nos preguntamos si nuestra oración es como la del leproso, ¿nuestra oración nos lleva a decir “si quieres, puedes curarme” porque “Tú eres mi refugio”? 

Hoy celebramos la 62ª Campaña contra el Hambre de Manos Unidas, con el lema «Contagia solidaridad para acabar con el hambre«, Manos Unidas se centrará en las consecuencias que la pandemia de coronavirus está teniendo entre las personas más vulnerables del planeta y en promover la solidaridad entre los seres humanos como única forma de combatir la pandemia de la desigualdad, agravada por la crisis sanitaria mundial, que castiga con hambre y pobreza cientos de millones de personas en todo el mundo. 

Hemos tenido dos grandes regalos. El video de Manos Unidas, que nos abre la mirada y nos ayuda a entender que no sólo está la pandemia por Covid, porque las mayores pandemias de la humanidad han sido y son la desigualdad, la pobreza y el hambre. Nos invita a creer que puede haber un mundo mejor y que lo podemos hacer entre todos. También nos amplía la mirada a ese «todos»: todos son también los oprimidos, olvidados, los empobrecidos por el maltrato al planeta y las economías que sólo nos benefician a esta parte del mundo… ENTRE TODOS Y PARA TODOS. También hemos contado con el testimonio de Olivier, sacerdote de Burkina Faso que vive este año en nuestra comunidad, y la presencia de Pacífico y Jeremías, dos seminaristas africanos que han celebrado con nuestra comunidad este día. 

Compartimos el testimonio de Olivier: Estoy contento por compartir el testimonio sobre Manos Unidas en mi país. Estoy profundamente impactado por vuestra solidaridad con Manos Unidas. Os pongo en contexto: Burkina Faso es un país del Sahel en el que la lluvia escasea; tenemos 20 millones de habitantes y el 80% viven en el campo y depende de la agricultura para vivir. Las cosechas son malas por la falta de lluvia y hay crisis de hambruna con mucha frecuencia. Manos Unidas nos acompaña y nos permite vivir en esta situación constante de pobreza. En mi país, además la pobreza tiene un rostro femenino. Existe la poligamia y la mujer se hace cargo de toda la prole. Manos Unidas está apoyando la construcción de molinos de grano para que las mujeres puedan trabajar, de huertos para cosechar cebollas y maíz para completar la alimentación y centros de salud para que las mujeres puedan ser atendidas en los partos. Todo esto se hacía en mi parroquia hasta que todo se vio interrumpido por el terrorismo que asesinó a algunos de mis compañeros. Además, hay alrededor de un millón de desplazados debido a los yihadistas, que no tienen donde ir; yo soy una de esas personas que no sabían donde ir y dependía de los demás para poder comer. Manos Unidas también apoya a la gente desplazada con la entrega de material, ropa y comida para poder vivir. Os quiero dar las gracias por vuestra solidaridad. 

Es una invitación a mirar los lugares más pobres del mundo, a Burkina Faso, Burundi y la India, donde colaboraremos junto al resto de parroquias de la Vicaría 3. Y también a mirar a los más pobres de nuestro entorno: hoy se celebra en la Comunidad de Sant´Egidio, la Eucaristía en recuerdo de Modesta y de todas las personas que mueren solas en mitad de la dificultad. 

Pedimos a Dios que sepamos discernir cuáles son nuestras lepras y tengamos mirada compasiva y cercana ante las lepras de nuestros hermanos y hermanas para que todos se salven, los que viven cerca y los que están más lejos. Haz Señor que tengamos Alma misionera, como hemos cantado en la celebración. 

Alma misionera

1 respuesta a TE QUIERO, QUEDAS LIMPIO

  1. Ayúdanos a reconocer nuestra debilidad y cuando como leprosos vaguemos, seamos capaces de pedir tu ayuda.
    Ayúdanos también a ayudar aún cuando no nos lo soliciten expresamente a aquellos que están necesitados de alguna manera.
    Tu encuentras la vida en las raíces de un árbol seco y lo haces volver a reverdecer.
    En ti, confío, mi maestro, mi amor.

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