Hoy es 5º domingo de Pascua. Después de haber escuchado en los tres primeros domingos como Jesús se aparecía a sus discípulos y comía con ellos, y la alegoría del Buen Pastor en el cuarto, este fin de semana escuchamos la alegoría de la vid para seguir descubriendo cómo y quién es Jesús.
Nos dice que él es la vid y nosotros somos los sarmientos. Es una invitación a estar UNIDOS a él, como él está unido al Padre y no hace nada sin él. Jesús quiere establecer con cada uno de nosotros un vínculo tan profundo como el que él vive con el Padre.
¿Nos sentimos unidos a Cristo? También nos podemos hacer esta pregunta de otra forma: ¿Estamos dando los frutos de esa unión? Porque la experiencia de unión a la vid y dar frutos van siempre juntas. Miremos nuestra vida, nuestras relaciones, nuestro corazón… ¿encontramos amor, perdón, esperanza, justicia o alegría? Si no los vemos, la liturgia de hoy nos lleva a mirar “nuestras ramas secas” que necesitan ser podadas. Esas ramas pueden ser una vida de costumbres, tradiciones, normas, miedos, previsiones. Sólo quien ama a Cristo y se siente amado por él, puede dar estos frutos. Igual que el sarmiento sólo puede producir uvas si está unido a la vid que lo alimenta, así nosotros si nos sentimos unidos a Jesús resucitado, hará que nuestra vida dé frutos de creatividad, alegría, luz, coraje para entregar la vida. No son frutos que se “midan” con la lógica de nuestro mundo, que sólo miraría la cantidad de cosas que hacemos o decimos, son frutos de Dios que transmiten la savia de Cristo Resucitado que alimenta nuestro corazón.
En la lectura de los Hechos de los Apóstoles vemos el itinerario de Pablo, un testigo de conversión y salvación porque descubre que su vida está unida a la Vid. Y nosotros ¿Cómo sentirnos unidos a la Vid? Los sacramentos son los que nos ayudarán a ello porque alimentan nuestra vida y también, la Palabra. Como le ocurrió a Pablo, la invitación es a sentirnos unidos con todo lo que somos, sentimos y pensamos, porque ante Dios no podemos engañar a nuestro corazón. La Palabra nos hará mirar nuestro corazón desde el Espíritu de Dios y nos guiará, será nuestra savia y fuerza, y nos hará vivir en su amor. La Palabra, hecha oración, irá transformando nuestra vida al ser acogida y “rumiada” cada día en nuestro corazón.

Hoy también hemos añadido un clavel rosa al jarrón que hay delante del altar para darle nueva vida, siempre unidos a la vid verdadera, que es fuente de vida eterna.

María, como tantas madres y mujeres de la Iglesia y de nuestra comunidad, acogió la Palabra y vivió unida a la Vid. Le pedimos a ella, que es nuestra madre, que nos ayude y acompañe a vivir unidos a su hijo. En este mes de mayo el Papa nos invita a rezar el Rosario, a contemplar la vida de Cristo con la oración de los sencillos y humildes unidos a María. En la parroquia se rezará el rosario todos los días a las 19,00 h. menos los jueves que será a las 18,30 para mantener la oración con el Santísimo.
Desde el grupo de Economía de la parroquia, se nos ha recordado el lema de la campaña de la renta de este año: “Por un 2021 lleno de Esperanza”

Os dejamos la canción “Sé fiel”, que nos puede ayudar a seguir profundizando en esta experiencia de unión a la vid.